El Palacio Es La Quimera

  “Las Tres Marias”  Mujeres  en la Biblia.

Se, un Cireneo, ayúdale a “llevar” la cruz, a los que no pueden
a, los que no saben , a los que se dejan intimidar,
Enséñales a liberar, la Fuerza de su Potencial Interior

Mary Torres Calderón 

El Palacio Es La Quimera

Fue tradición una rica y variada gastronomía con gozo, disfrute
y fraternidad en la nación. Las hallacas se elaboraron con la inigualable
sazón de cada región. Reunidos con especial atención,
Las familias disfrutaban de tan augusta tradición

 En el quimérico palacio de la familia de María ineluctable es la “pobreza”.
Por el “techo” (….) de los de palacio irrumpió en pocos años
una nueva y mágica formula para asirse de riquezas Brillantes
Omnímodo de desmitificar a los originales Reyes Magos,
Pero aun así todavía, muchos regalos a todos reparten

Troquelado y dorado un decorado luce en pocos metros cuadrados,
es un viejo “Re-trato”, de un dios elegantemente trajeado,
con una franja tricolor sobre su solar plexo donde se resguarda
su fraterno corazón. Lo idolatran: la nobleza y también los pobres
Cuando se congregan en sus fiestas. La Suprema fe, os mitiga
con gran amor paternal tan destartalada pobreza

Los vigilantes de palacio con ínfimo peso son unos centinelas traviesos,
se empinan en las patas traseras, caminan de un extremo al otro extremo
… olfatean, y olfatean…. sus orejas flexionan y se alimentan austeros…
Poquísimos criados trabajan en el palacio de María.
Los obedientes fieles servidores colocan el escaso banquete
sobre la desprovista y escuálida mesa

Una guacamaya habiendo desplegado ya las alas se despereza,
aun se empecina y, ensordece a sus “amigos” los amigos de la realeza.
Los cuatro gatos en firme posición, en cada esquina maúllan
con suma presteza. Un gallo en el corral canta y, a la real familia
la cuecen montada sobre el fuego, en tiznadas ollas negras.
La felicidad hace ruido y, las salitres aguas del mar
purifican el aire enrarecido

En el corredor se estaciona ahora el esposo de la autentica Reina María,
con una pequeñita y destartalada vieja carreta, repleta de cambur…..
y, de Leña, alimento y Fuego para el Fogón Transformador,
de el Antiguo, Puro y acogedor Palacio Interior.
A la medianoche, sin vajilla, sin mantelería y sin utensilios de plata,
la mesa estará como siempre, puntualmente enriquecida
Bienaventurada y, acogedoramente Servida.

El niño Jesús de María…. deseoso del Calor Unificador…
se refugia, en los espacios individuales de cada “Palacio Interior”.
El  “Banquete” ahora: lo degustan con unos “auténticos padres“
Materiales, con los Frutos de la Espiritual y Original Honradez.

Pero, no se escucho en tan amado y, quimérico palacio,
el de la familia empobrecida de María; el Verdadero Arrullador
Canto, para EL invitado de Honor…: El Príncipe de la Paz.
Y los regalos del Oro, del Incienso y la Mirra por los magos reunidos
Para compartirlos con Amor.

Y poder así, “Transfigurar” a los corazones debilitados,
a las separaciones(…) en el mar del sufrimiento:
De los enfermos, de los encarcelados, de los que no tienen trabajo,
de los que no tienen ni un pan para el hambre calmar,
de los solitarios, de los ancianos, de los niños
Y, de todos los Recién nacidos…….