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“El hijo Sabio, acepta la corrección, de sus padres”.
Pero, si el hijo(a) es adulto, se somete a la dirección del Espíritu Santo unicamente y toma para si, la sabia experiencia
Como el mar a las pequeñas y a las elevadas olas
Con la flexibilidad del paternal sauce, para enseñarles,
Como la rosa, al color de sus capullos, en la estrechez
Con la dedicada agitación, del pequeño polinizador colibrí
Como el que siembra dentro de los surcos recién abiertos
Como el aire, para los mundos (…) de todos los que respiran