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Montaña tan elevada como la riqueza Mantuana
Tu elegante vestido esponjado, con armadores de arboles, punteado;
Con el rostro engreído ante tu virginidad conservada.
Tus pies van despacio siguiéndole el rítmico paso,
Piquitos de tierra trabajados, piquitos de amor conquistadores, rendijitas de frío, rendijitas de calor, e hilo y sigilo por el humo extendido
Permitidas incisiones para que inhalen Merida y sus próximas generaciones,
Belleza natural embarazada con el hálito de amor Verdadero, enardecido
La Montaña Escalada
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