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“Envejecer, es como escalar una gran montaña; mientras se sube, las fuerzas disminuyen,
“Si tus padres llegaran a vo{verse como un niño; compadecete y jamas les desprecies
Con lentos pasos, notorio es verlos por las calles caminar, con bastante esfuerzo y sumo cuidado todavía lo pueden lograr. Las fuertes exigencias durante el largo andar
Y en soledad ocupados todos, nadie tiene tiempo para perderlo ¿De que se puede con ellos conversar? Si repiten y, repiten hasta el anochecer. A los frecuentes olvidos muy pocos son los que saben exculparles y, comprenderles; los dedicados padres,
Educarles y mantenerles viviendo bien a eso tuvieron que entregarse; les ofrecieron sus cálidas manos y, con seguridad los primeros pasos pudieron iniciarlos.
Comencemos por interiorizar que ocuparemos algún día ese monótono lugar,
Dejemos de pensar que el viejo Sabio ya no tiene nada que al mundo ofrecerle.
Retirarles de las comodidades de su entorno y la interactiva relación con sus cultivadas amistades, mas, los va a discapacitar. La debida atención, dedicación y amor, en esta nueva travesía se recibirán en devolución cuando nos encontremos en la misma condición. Reciprocidad por estos senderos que juntos al lado de Dios Padre
¿Busquemos que? se sentía? cuando de la mano les llevaban a pasear, a jugar a pescar al río, a la playa, a tomar el sol, a nadar, en algún bote a navegar, algún deporte
El Asilo Dentro De Nuestra Sabia Prosperidad
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