286
El Regreso a las Eternas Moradas de Dios no comienza con nuestra muerte. Comienza con cada acto de bien, en Pro de otro ser humano.
Tú. Eterno y amado, Sereno Jesús Nazareno
Tú. El Vibrante Mar con el pescador arremolinar
Tu. La Flamígera Espada diluyendo, los egos de “acero”
Ascender
previous post