Al Doctor Jose Gregorio Hernandez Medico Venerable

“Los Santos Verdaderos, se reconocen, pecadores.
Y los auténticos Sabios, su Ignorancia”

Perez Escarlin

Es usted Santo Venerable uno de los mayores ejemplos
De los que prestan servicio por amor a Dios y dan “Vida” a los demás

Mary Torres Calderón

Al Doctor Jose Gregorio Hernandez Medico Venerable

 El Cielo se vistió de fiesta, tomo sus mejores prendas, un traje blanco, tan amplio como su grandeza. Llamo a todas sus Estrellas que corrieron despiertas, saltarinas brillaron en toda su belleza, con su Eterno traje dorado y miríadas de Orlas de Plata extendidas Por toda la Tierra

La Luna, la hermosa Luna, que logra acaparar toda nuestra atención por ser la luz
en la oscuridad, tuvo libertad plena de alumbrarle a toda la gente en un mismo lugar,
Su amplitud, fue tan grande que ilumino a todos en la Tierra, los que esperaban anhelantes al invitado de Honor, que sería elevado a los altares,
En el gran Templo Mayor. Sus  individuales corazones

Y el Sol, el majestuoso Sol, hizo como siempre, buen trabajo, amodorrar a las nubes para que ese día, no fuera a llover. Alumbro con una suave y grata calidez sobre todos sin hacer acepción. Su amor fue Infinito. En los Andes venezolanos la fría temperatura de la abundante tristeza, la transformo en Mágica Alegría y Contemplación. Resguardados por las escudriñadoras montañas, en sintonía
Con la Celeste y Expresiva Algarabía

 La Luz, del Venerable de los Andes venezolanos en el estado Trujillo; Bendito lugar
y en Isnotu, ese puntito, terroncito de Tierra, en el mapa del mundo, que le vio nacer
 Y Crecer como una Luz Olímpica, en la competencia del Saber, amando a Dios
y a los necesitados, con sus manos compasivas caritativas y piadosas;
La Iluminación se hizo aluvión Sanador….

En la UNIVERSIDAD La satisfacción fue Jubilosa, la Casa Magna dijo. Amen.
A los lustros de su Dote allí dejada. Que Así Sea. La investigación, la buena educación, debe continuar. Y aquella Gran Casta de Hombres, sonrieron desde lo Alto,
con los adeptos en la Tierra del buen Saber, con las togas y birretes en las manos,
que exclamaron.!La Voluntad de Dios sea Hecha!!, trabajamos, la enseñamos
Y, nos multiplicamos. Dios y el Ejército de los Cielos a, nadie enjuiciaron
Solamente Celebraron

Dr. José Gregorio Hernández; médico Venerable de los pobres, eres tu, Luz Blanca,
un hijo Bueno del Universo, producto del buen Saber, sin la negrura de los dioses paganos. Ni entre las diosas vestales. Nos Observas desde los altares.
Desde los altares del Servicio Humanitario, sin las monacales vestimentas
Que siempre Tu anhelaste. Sino con un traje muy elegante, el varón indomable,
Del Conocimiento Promisorio y sin tregua

Guardián Lucerito, fuiste y Guardián Lucerito “Eres”. De día y de las incansables noches, de labor de tus colegas. Lucerito de bata blanca, venezolano, de Noble Alma,
Con talante, una perla, un diamante.
La Maestria Elegante, un Alma Blanca con una bata blanca,
Dentro del Mundo Escarlata y sufriente

Desmirriado y trémulo, con unos insoportables dolores y faltándole también el aire. Eras llamado y de aquel denostado susurrante ¡CHiiiiito!!! ,
Con aquel lenguaje endiablado y dominante, nuevecito lo dejabas
y, con buen semblante.

Chubasquito Espiritual de la medicina, para ese puntito en el mapa y para todos los venezolanos; pletóricos estamos, nos sentimos llenos de gozo contigo Santo Venerable, Elevado a los altares, resonador Eco, para quienes alcancen y, quieran Escuchar,
Al MARIDAJE del conocimiento y, de la Inteligencia Espiritual entronizada en los altares