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Apenas despunta el alba, y escuchas cantar el gallo, tus pies corren ligero hacia el caliente fogón de encendida leña, el aroma y, el café que sostienes en tu jarro, lo saboreas con placer, mientras tu ausente mirada aun no observas el revolotear, de las gallinas, los palomos
Junto a la mochila donde llevas tu bocado, un cuchillo afilado pegado a tu correa, que sostienen tus pantalones salpicados por el barro,
El fiel perro, que nunca te abandona moviéndote la cola, para darte alegría, cuando ya te sientas fatigado; transpira tu frente, surcada
Son tus manos, las manos más hermosas que, conocen los ojos de mi Alma. Junto a las de Mi madre y, las del Hombre de Nazaret, que las clavaron al Madero del Tormento y, se desangraron con mucho dolor, fracturadas por los clavos, Manos Blancas que siempre, nos ha Alimentado el Espíritu y el cuerpo, pero.. aun no lo hemos Observado
Gracias a Ti, Nuestro Hermoso Rey de Reyes, a nuestras madres, a los campesinos y, a los obreros de todos lados. Nuestras mesas siempre estarán bien servidas con hermosos manteles, servilletas, vajillas
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