El macho

“Pregunten a ver si es posible, que un hombre de, a luz.¿Por que?. Pues, veo retorcerse a los hombres, como si tuvieran dolores de parto? ¿Por que se han puesto pálidos…. todos ellos?”

Jerem:6

“Dios Padre Crea, el hombre descubre”

El macho

El macho saco las cuentas del poder que tenia en su haber…
Termino cayendo en cuenta… que no podía parir, a una mujer
Suplicante quedo el macho de aquel mal-trato, tan cruel
Visito adivinos, menjurjes tomo, cataplasmas se coloco
Y se ungió, con aceite de palo…..,

Junto a los parches y las pastillas del especialista, al que crédito le dio
Compulsivo y sereno, tamizo, todos los ingredientes que le darían, la acogida
Para incrementar, el sofocante bienestar hormonal, para parir a una mujer
Lo irascible de su original carácter, no le dejaba comprender que en el,
juego de las hormonas, el Creador no le pidió permiso a el

El amanuense hipotálamo, tomo notas bien claras, de lo que esta mandado
hacer; la masculinidad es áspera, la fricción entre el hombre
y, la mujer, es sintomática (…) pero el suave cuerpo de la mujer, tiene
lo que el tanto desea… tener. Lo que no se debe permitir, es el maltrato, cruel a la mujer

El amanuense hipotálamo, se esponjo de risa, al comprobar la inteligencia
indubitable en igualdad de la mujer, con unas pompas adorables, una piel que lo soborna y una cabellera en cascada, que lo acaricia y lo moja desde la cabeza hasta los pies. Para el macho hombre, que se transforma en caballero que por doquiera están también

Pero los Ángeles mirando desde el Pináculo del Templo, evitando
una nueva sedición, al que creo al ser humano mitad hombre
mitad mujer, haciéndolos Uno, en la carne y, se pudieran Comprender
Y multiplicarse; oído eran de la estulticia masculinidad, de un macho cruel,

Lapidando con alarmante, violencia la vida de una mujer.
Dimitir, fue la exigencia del Varón de varones, que Emancipo a la mujer,
Derechos de la mujer, como el de también cumplir, con su excitante deber…

En el Pináculo Macho, Alfa y Omega
La Verdad jinetea, entre Versículos Escritos, que hasta el agua clarea
Se sacude la Zarza y, la Luz Serpentea para que la Atlantida sea un recuerdo
de muchos

la zafra de uno, la zafra de dos, no les endulza la esfera, tubérculos machos, ni fértil abono, ni cultivo ni fruto, de hiedra mestizos espadas de nadie, la Mía Flamea .Aterriza
en las Moradas del Cielo que a nadie golpean, por el maltrato cruel a la mujer y, sus violentas muertes la Luz Cabrestrea