188
¿Cuales son los factores que destruyen, al Ser Humano?. Él respondió así:
El Esqueletico: con una cruel flacura en su figura y, complexión amaríllenta, ceñidas sus costillas al estómago crujiendo flatulento van con miembros y laxos movimientos rebuscando alimento sin premura, en las pilas de basura, anda por las calles vitalicio, junto a los perros hambrientos que aúllan macilentos, compañeros de desventura
El Celador: alaban la alimentación “balanceada” en la caja, los que con él están por necesidad convencidos. Se multiplican y, “comer piedras” auguran. Alimento hasta ahora por la OMS no reconocido, esto si la guerra continuara. Las marmóreas piedras maravilladas, salutación dan a tan pesado menú, en total Independencia. Y alusión ellas hacen: al dinamitarnos nuestra dureza, nos convierten en VALORES, en brillantes piedras preciosas, luego nos mantendrán bajo llave bien controlados con la BOLSA
En la memoria, como las tantas Sabias experiencias se quedaran bien guardados.
El Divo: enfurecido, le protesta con alevosía al capitalista, que al planeta lo contamina pero con sus “gigantes” riquezas no se siente fatigado, ni herido y, de la ambiental
El Inocente: el niño desnutrido su corta vida pende de un hilo; ojitos desorbitados
El Modelo a Seguir: el mismo traje por décadas lo ha usado, con él orgulloso ha desfilado, sobre la misma pasarela roja alfombrada, donde se ha desempeñado.
El Paciente: su desvalidez lo estruja, a su consciente lo perturba. El inconsciente
El Honrado Trabajador: jadeante camina bajo un quemante Sol, anda y. también desanda, ya exhausto se detiene. De nuevo arranca con su único “motor” de los tantos en la Economía implementados. La fuerza de voluntad. Y el mismo se “empuja” para empezar de nuevo a caminar. Sin transporte, la bicicleta le ofertan, con sudor y honor, gana poco para poderla comprar o soñar, incluso con algún conocido rojo escarabajo. Dos escuálidas comidas en el humilde comedor y, rogándole al Hacedor para que mañana, sea un poquitito mejor. Recorta un poco aquí y, disfraza el menú allá: La leche del pequeño Junior, bebida lacteada, alargadito fiambre troceado, para toda la semana de la joven familia trabajadora. La auyama el postre Inmejorable de “vitaminas
El Negociante: jocoso a todos saluda, para él, en todo, con todo y, en todas partes, ve un criollo negocio. Como el reloj gira sus manitas y, jugando a las cartas, las mantiene bien apretaditas sosteniendo entre ellas al telúrico AS de la ganancia sustancial.
El Solitario: el fuerte roble con trabajo honesto vivió bien remunerado y, sobrandole
El Sanador: nunca él aparece con el bálsamo, para las poquísimas dolencias, tremebunda afirmación: enfermedades por años erradicadas, el cáncer arrasador, enfermedades renales sin solución y, el sida como aluvión. Sin “dolencias” propias,
El Encarcelado: es absurdo estar prisionero sin ningún delito cometer, autoimpuesta prisión en el hogar, como un vándalo criminal, se hizo habitual, sin estar esposado
El Injusto: al Invencible Dios lo culpa, el mal le endosa. Al vencible diablo la culpa copiosa y, al Padre Nuestro… la Lluvia dolorosa, por los hermanos separados por nuestro Dios Bien Amados pero nunca reconoce que tenemos culpa individual,
El Emigrante: la mudanza monumental sale de un país hermano lleno de riquezas
El Novísimo Señor De las Alturas: Al que literalmente así le hemos interpretado: nos albergas, desde las alturas con tus alburas. Pero hacia Ti se proyectan nuestros errores, como un Ser MALO Y CASTIGADOR: ¿Por que? nos dejaste Tu remando solos, muriendo bajo soles y, resolanas en pantuflas y, ellos en sus negras poltronas contigo endiosados vomitando “Fuego” sobre sus cómodos y, grandes almohadones, acuciosos atizan el doloroso y, real drama. El paso lo aceleran, para nosotros por un sendero a oscuras,
HOMBRE NUEVO Y HOMBRE VIEJO: que aprendiste a saborear con tan férrea amargura, la desconcertante dilapidación, de los que no se bastan y, los innumerables muertos
previous post