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¿Cuales son los factores que destruyen, al Ser Humano?. Él respondió así:
El Esqueletico: con una cruel flacura en su figura y, complexión amaríllenta, ceñidas sus costillas al estómago crujiendo flatulento van con miembros y laxos movimientos rebuscando alimento sin premura, en las pilas de basura, anda por las calles vitalicio, junto a los perros hambrientos que aúllan macilentos, compañeros de desventura
El Celador: alaban la alimentación “balanceada” en la caja, los que con él están por necesidad convencidos. Se multiplican y, “comer piedras” auguran. Alimento hasta ahora por la OMS no reconocido, esto si la guerra continuara. Las marmóreas piedras maravilladas, salutación dan a tan pesado menú, en total Independencia. Y alusión ellas hacen: al dinamitarnos nuestra dureza, nos convierten en VALORES, en brillantes piedras preciosas, luego nos mantendrán bajo llave bien controlados con la BOLSA
En la memoria, como las tantas Sabias experiencias se quedaran bien guardados.
El Divo: enfurecido, le protesta con alevosía al capitalista, que al planeta lo contamina pero con sus “gigantes” riquezas no se siente fatigado, ni herido y, de la ambiental
El Modelo a Seguir: el mismo traje por décadas lo ha usado, con él orgulloso ha desfilado, sobre la misma pasarela roja alfombrada, donde se ha desempeñado. El traje ahora lo tiene muy rayado y, le queda muy apretado. Descontento, arrecia contra el ”sastre”; molesto
El Paciente: su desvalidez lo estruja, a su consciente lo perturba. El inconsciente lo visita de cuando en cuando. Le avisa que luce blanquecino como las delicadas azucenas, entonces se agarra de sus bastas reliquias y, se encoge “vive” muriendo su marchita existencia. Oportuna y digna asistencia sanitaria reclama. Por compasión la implora, para poder sobrevivir viviendo, y así se le consumen las horas, con las oleadas de pavor y, el quejido abrumador y, los“ay, ay” madrugador cuando se acobarda con mucha razón. El dolor, a los pacientes de más gravedad, para el hombre nuevo millonario,
El Voluble: al genio administrador, no le comprende, ¿Por qué? es así tan diligente regalándole tantos deseos. Las aves cantarinas le murmuran: ven, asómate a mi nido, ven, ven, yo te convido. Con el pico cerrado lo he tejido, el laborioso alimento de mis hijos con libertad consigo, empobrecido nunca me he sentido, me comparo pero conmigo mismo, no con los vencidos, ni los destruidos, no hago tanto ruido bastante bien me instruido, alto siempre construyo y, a la intromisión y a la extinción del genio depredador le huyo; esos son mis oficios sin armisticio. Todo lo Planifico, lo Coordino, lo Organizo y lo Evaluó. Sin Visión no me quedo. Las enseñanzas aprendidas liberan
El Sanador: nunca él aparece con el bálsamo, para las poquísimas dolencias, tremebunda afirmación: enfermedades por años erradicadas, el cáncer arrasador, enfermedades renales sin solución y, el sida como aluvión. Sin “dolencias” propias, no puede entender, comprender, ni sentir, de ningún modo el doloroso hilo conductor de las dolencias ajenas; para poder desencarnar. Tampoco puede escuchar las carreras en el hospital, como un cántico Sacro Sacramental de impotencia y, de desesperación por tan ríspida escasez. Razones estas por la cuales no desean que ellos, salgan a marchar,” por que? porque los tantos insumos de este modo, se irían ahorrar”.
El Encarcelado: es absurdo estar prisionero sin ningún delito cometer, autoimpuesta prisión en el hogar, como un vándalo criminal, se hizo habitual, sin estar esposado
El Injusto: al Invencible Dios lo culpa, el mal le endosa. Al vencible diablo la culpa copiosa y, al Padre Nuestro… la Lluvia dolorosa, por los hermanos separados por nuestro Dios Bien Amados pero nunca reconoce que tenemos culpa individual, en el apoyo
El Emigrante: la mudanza monumental sale de un país hermano lleno de riquezas y de una extraordinaria magia natural, perseguidos por la escasez y, por la falta de oportunidades, muriendo de mengua, mal remunerados hasta el profesional más preparado. Son bien recibidos, otros mal-tratados, de nada han escapado.
El Novísimo Señor De las Alturas: Al que literalmente así le hemos interpretado: nos albergas, desde las alturas con tus alburas. Pero hacia Ti se proyectan nuestros errores, como un Ser MALO Y CASTIGADOR: ¿Por que? nos dejaste Tu remando solos, muriendo bajo soles y, resolanas en pantuflas y, ellos en sus negras poltronas contigo endiosados vomitando “Fuego” sobre sus cómodos y, grandes almohadones, acuciosos atizan el doloroso y, real drama. El paso lo aceleran, para nosotros por un sendero a oscuras,
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