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Las Almas Indivisas
Y adueñándote de la enervante y, atenazada resistencia y defensas del estío, por los innumerables tajos que le fueron obsequiados y, clavados a la verdecita, laudable y floreciente Primavera. Manteniéndole ahora, en cautividad a su solicito y, límpido corazón en amante desolación, re-orientando el causal justo encuentro de Almas indivisas
Las Almas Indivisas