Nueve meses De Una Vida

“En el momento que un bebé nace, la madre también nace.
Nunca antes había existido. La mujer existía. Pero la madre nunca”.
-Osho.

Nueve Meses De Una Vida

Madre mía homenajearle, quiero y tributo yo rendirle a tu alegría
y a tus penas. Encontrándome aun dentro de tu materno seno y tu Alma unida a tus Oníricos sueños. Vientre y líquido que nos alumbran, Amor y Vida en este irredento y flagrante suelo. Fuente y Gracia Divina desde las Riberas de la Felicidad con desconocido lenguaje

Tu parte y tu premio allí, no es “Oro”, es el amalgamado del dolor, Amor y tu ternura; tu Ingente Fortuna. De la leche de tus pechos al cuerpo energía. Del Sol, la combustión para las Estrellas. Cuanto malestar madre, peso y grietas en tu abdomen sientes y los tantos encolerizados regresos. Pero yo siempre creciendo muy contento pegadito
A la Sabiduría de tu cuerpo

Boxeo con tu delicado costado y a tu hermoso y voluminoso vientre con telúrica fuerza pateo….Desnudo buceando en tu piscina empapado volteo y Veo que a tu pancita la aprieto. Pero a tu crepitante pecho “esponjado” sofoco, y bostezo y si estas bocabajo combato y, si estas boca arriba retozo y, a mi mano succiono
Y si el parturiento calor se te eleva, me empino y, molesto

¿Y mi padre? !Ah! si mi padre!? pues, lo descubrí por sus rugidos
 Y ronquidos y, sin un solo trasnocho, pero sin el, mi enajenada carrera para ganar en el campeonato del nacimiento no fuera. Con intrépido empuje yo, tú con grito y sollozos y, mi primer trabajo, te ocasionó dolor y alegría. Pero en un Unigénito abrazo de la placidez de tu vivificador regazo, a la acogedora “Cuna” de nuestra casa

Nueve, trepidantes meses madre mía, yo siempre contento y, tú? con dolor y alegría. Ha pasado ya, toda una vida. (…) yo, silente muy silente  sorteando en el ineludible allegado ocaso, entre tu risa, tu llanto y, tu Sabio canto y alentado aun por tu heredado amor me repliego. Y tu aleteando vas entre las condensadas y silentes nubes, sin una pizca de dolor

Evaporándose ahora mi “Diluvio” de dolores y de Alegrías dentro del Sonoro Gorgoteo de tus caudalosas y, amorosas caderas. Entrañas
Y, brillantes escarchas de tu Blanca Experiencia, Iluminándome,
aun, hasta esta, todavía mi “Estancia”