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Es límpida en el Albor, es Llama y fulgor con furtivas fugas muy atrevidas crispante insensatez con sabia…. y, santa rapidez. Atraparte de nuevo sería lo ideal, pero se evapora cada década, un porcentaje, cada vez. Olisqueandose el fruto prohibido… se perturba la quieta cordura, con libidinoso placer, con fruición, sabor y, el corporeizado aroma, hay un intenso devaneo y desenfreno copioso
Primaveras lozanas, seductoras que nos engalanan con el esplendor y la impensada intrepidez, discreto e, informal es el apesadumbrado adiós, pues siempre nos aborda en los pensamientos con bastante lucidez. Con las ilusiones, los divinos “tormentos”
Es nuestra Inteligible juventud con su impetuoso y desbordante saber…
Deslumbrante juventud, décadas después de ti Flamea el Verdadero sosiego, de la madurez, el remansado ímpetu del Ser, la sensatez inspiradora, y el incontenible
En nuestro indescifrable interior, un grácil amor Inmanente vuelve y, emerge.
Con los vaivenes de la inexperiencia, nace, crece y se expande la Sabiduría sin la ilusoria realidad; en introspectiva nos imbuimos siempre en nuestra juventud,
Es la bella inolvidable Juventud, la juventud divina, juventud que anima, la juventud que place, juventud bizarra, juventud invaluable, juventud irreemplazable con un Ungüento límpido, o? una oscura y temperamental gelatinosa resina.
“Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos”,
Pablo Neruda
Vigor De La Inolvidable Juventud
Es límpida en el Albor, es Llama y fulgor con furtivas fugas muy atrevidas crispante insensatez con sabia…. y, santa rapidez. Atraparte de nuevo sería lo ideal, pero se evapora cada década, un porcentaje, cada vez. Olisqueandose el fruto prohibido… se perturba la quieta cordura, con libidinoso placer, con fruición, sabor y, el corporeizado aroma, hay un intenso devaneo y desenfreno copioso
Primaveras lozanas, seductoras que nos engalanan con el esplendor y la impensada intrepidez, discreto e, informal es el apesadumbrado adiós, pues siempre nos aborda en los pensamientos con bastante lucidez. Con las ilusiones, los divinos “tormentos”
los errores, los equívocos, cantos y, gorjeos aparece la necesaria fuerza
Para alcanzar las bien deseadas metas.
Es nuestra Inteligible juventud con su impetuoso y desbordante saber…
En calma solemne, fulgura el matizado prisma de nuestros amores,
volviéndoles a Ver: La energía que nos abstrae, que nos hizo sentir y agonizar
en nuestra realidad, al observarla con maniobrada e intensa atención
en la Profundidad del nuestro Cristo Interior
Deslumbrante juventud, décadas después de ti Flamea el Verdadero sosiego, de la madurez, el remansado ímpetu del Ser, la sensatez inspiradora, y el incontenible
y, plateado joven Atardecer, es una Imagen nueva, en una desbancada piel,
y, con la bohemia de aquel trepidante fastuoso ayer.
En nuestro indescifrable interior, un grácil amor Inmanente vuelve y, emerge.
La Hermandad en Dios Sabe el ¿por qué? en la disminuida tez y, el vespertino crepúsculo. Divina experiencia también lo es
Con los vaivenes de la inexperiencia, nace, crece y se expande la Sabiduría sin la ilusoria realidad; en introspectiva nos imbuimos siempre en nuestra juventud,
con una trémula y, exquisita insensatez, por tan excitante brevedad del ser
Dentro del poco Consciente vibrante Ser
Es la bella inolvidable Juventud, la juventud divina, juventud que anima, la juventud que place, juventud bizarra, juventud invaluable, juventud irreemplazable con un Ungüento límpido, o? una oscura y temperamental gelatinosa resina.
En la intrincada inexperiencia de la Eterna juventud