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Virgen De Los Remedios No Encontramos Remedios

by Mary Torres
“No aflijas el corazón del desvalido, ni dilates el socorro, al que se haya angustiado”
Esc. 4:3

Virgen De los Remedios No Encontramos Remedios

Fe inquebrantable la de la gente, no decae bajo la tempestad ni en la convalecencia de fuerzas. Con una mujer casi exánime con quien coincido causisticamente en una farmacia invocaba a la Virgen de los Remedios, desconocía de su existencia hasta oírle con Providencial quebranto reclamándole, amorosamente.

El récipe del Dr, que sostenía en sus manos prescribía varios remedios, la curiosidad me invadió. ¿Tantos remedios? pregunté, sin inmutarse respondió, si prescriben tres opciones, de cada remedio pero ni así, esta vez de ninguno pude encontrar. Acompañándola en su pena la cobije con mi brazo mirando con asombro al robotizado empleado que giraba de izquierda a derecha la cabeza y, muy atento al monitor, amablemente respondía no, Sra. No. Nos llegan desde hace tiempo

Justo ahí alcance a escucharle el dulce alegato a la Virgen de los Remedios, me enterneció el modo, pensé quizás dentro del Todo el Eterno Gran Juez algunos registros pudiera estar llevando en los Libros de la Vida, por tanta falta de Humanidad, inclemencia, tanta tortura y, tantas privaciones

Ella afirma en casa mi padre de reposo, se encuentra y, en otro país le hemos encontrado todos los remedios pero es notorio lo que desmejora y, desmejoramos, ya no podemos. Mi hermano le implora a, San Benito para que le mejore la cosecha, pero también se perdió, la siembra con todo esto. ¿Observas mi delgadez, mis ojeras? tanto dar vueltas estoy más moribunda yo que mi padre con la profunda herida que le abrieron en el pecho

Achacoso estaba el viejo, pero trabajando como un muchacho sacando las cosechas. Una medallita coloca diligentemente en mi mano; créeme esta virgencita es muy milagrosa, en el hospital, nos libró de varias batallas y el doctor, se portó como ninguno, tampoco yo le conocía, hasta que mi padre enfermo

Ahora, eso es lo que hago le imploro a la Virgen de los Remedios para poder encontrarle, los remedios. Aunque siento a veces, que no escucha. El deterioro y, la fatiga en sus ojos empezaba hacerle mella, con cautela para darle consuelo, le recordé la Parábola: “La Fe mueve las “Montañas”: las montañas de los problemas, las montañas de los pensamientos negros, las montañas de la prevaricación, las montañas de sevicia  las montañas de la carente Fraternidad, que nos convirtieron, en fragmentos repartidos por todo el mundo y sin encontrarle tampoco, el remedio

Continuemos a Dios implorándole y, a la Virgen de los Remedios. Parece que no nos queda más remedio. A, los enfermos y, a sus familiares no deben pedírsele tanta             resiliencia, hay que prodigarles las posibles fuerzas y, a Dios dejarle los imposibles.
Ver morir a un ser amado como una llama apagándose lentamente por las sentencias mortales infringidas plácidamente como exterminios, al no poder encontrarle, ni cancelar los imprescindibles remedios nos van dejando a todos exhaustos, contritos y con fuerzas ínfimas Buscando también para nosotros, remedios…..

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